domingo, 26 de septiembre de 2010

Fidel Castro y Venezuela


Reflexiones de Fidel Castro

Si yo fuera venezolano

(El líder de la Revolución Cubana apunta la importancia enorme de las
elecciones legislativas de este domingo en Venezuela, bombardeadas por
las campañas mediáticas y, precedidas en las últimas horas por fuertes
lluvias. «Si yo fuera venezolano —afirma— aún bajo rayos y centellas,
lucharía hasta lo imposible para convertir el 26 de septiembre en una
gran victoria»)


Mañana es un día importante para Venezuela. Están anunciadas las
elecciones para escoger a 165 miembros del Parlamento, y alrededor del
importante evento se libra una histórica batalla.

Pero a la vez, las noticias sobre el estado del tiempo son
desfavorables. Fuertes lluvias están azotando a la tierra que fue la
cuna de El Libertador.

Las lluvias excesivas afectan a los pobres más que a nadie. Son los
que tienen las viviendas más modestas, viven en los barrios más
olvidados históricamente, con difícil acceso, calles malas y menos
tránsito. Cuando las aguas invaden sus hogares, todo lo pierden. Ellos
no disponen de las viviendas cómodas y seguras de los ricos, sus
amplias avenidas y abundantes medios de transporte.

No se trata de una elección presidencial. En las exclusivamente
parlamentarias, la población se moviliza poco y suele restarle importancia.

Por lo general, donde el imperialismo domina y la oligarquía
oportunista recibe una parte jugosa de los bienes y servicios
nacionales, las masas no tienen nada que ganar o perder y, al imperio,
no le preocupa un bledo las elecciones. En los Estados Unidos, ni
siquiera las elecciones presidenciales movilizan más del 50% de los
que tienen derecho a votar.

¿Por qué en cambio, sus enormes recursos mediáticos se vuelcan esta
vez contra Venezuela y la someten a un implacable bombardeo de
mentiras y calumnias contra el Gobierno Revolucionario Bolivariano?

No intentaré amontonar argumentos para persuadir a un pueblo valiente
y digno como el de Venezuela. He visto las movilizaciones populares y
el fervor de millones de personas, especialmente de la gente más
humilde y combativa, que ha tenido el privilegio de vivir una etapa
nueva en la historia de su país, y ha devuelto al pueblo los fabulosos
recursos de Venezuela. Ya su Patria no es una nación de analfabetos,
donde millones de hombres, mujeres y niños sobrevivían en la extrema pobreza.

No les hablaré de una experiencia que Cuba vivió, de la cual hablan 50
años de resistencia heroica frente al bloqueo y los repugnantes
crímenes del Gobierno de Estados Unidos.

Les digo simplemente lo que haría si fuera venezolano.

Me enfrentaría a las lluvias, y no permitiría que el imperio sacara de
ellas provecho alguno; lucharía junto a vecinos y familiares para
proteger a personas y bienes, pero no dejaría de ir a votar como un
deber sagrado: a la hora que sea, antes de que llueva, cuando llueva,
o después que llueva, mientras haya un colegio abierto.

Estas elecciones tienen una importancia enorme y el imperio lo sabe:
quiere restarle fuerza a la Revolución, limitar su capacidad de lucha,
privarla de las dos terceras partes de la Asamblea Nacional para
facilitar sus planes contrarrevolucionarios, incrementar su vil
campaña mediática y continuar rodeando a Venezuela de bases militares,
cercándola cada vez más con las letales armas del narcotráfico
internacional y la violencia.

Si existen errores, no renunciaría jamás a la oportunidad que la
Revolución ofrece de rectificar y vencer obstáculos.
Si yo fuera venezolano, aún bajo rayos y centellas, lucharía hasta lo
imposible para convertir el 26 de septiembre en una gran victoria.

Fidel Castro Ruz
Septiembre 25 de 2010

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