Por General de División DEM Retirado Roberto Badillo Martínez
Desde que Barack Hussein Obama empezó a salir en la prensa y la
televisión mundial, hace como diez años, como Senador de Estados
Unidos, no me engañó.
Pensé, desde entonces, que la mafia política yankee, la que no
tiene amigos, la que no tiene patria, la que no representa a su
pueblo (el estadounidense) lo estaba preparando para la presidencia.
No me equivoqué
Obama sería el “nuevo Kennedy”. Kennedy (y su familia) con su
extraordinario carisma, católico, líder natural, de familia de un
pequeño país europeo, Irlanda, más bien despreciado (a pesar de
sus aportes a la cultura yankee) en la historia de ese país,
extremadamente católico, (quizá de ahí su desprecio). Kennedy en
fin, como representante, del máximo icono de Estados Unidos, “el
sueño americano”, tan cacareado por los medios de comunicación
estadounidenses, que han sido el reflejo del dominio, sobre los
políticos estadounidenses. Kennedy fue asesinado, por los mismos
políticos que los ayudaron a llegar a la presidencia en Estados
Unidos; claro que Kennedy, ya en la presidencia, se negó a se un
simple “ejecutor” de órdenes de los políticos y mercaderes
yanquis, del Complejo Militar Industrial de los Estados Unidos. De
ahí su muerte.
El caso de Obama es diferente. El es simple ejecutor de las órdenes
de esos seres “desalmados” masones de Estados Unidos; en
Charleston, Nueva York, (y sus bolsas especulativas) Filadelfia y
Nueva Orleans que desde la sombra imponen sus decisiones en el mundo.
Obama si cumple con el guión, aunque inicialmente se “rebeló”,
les dijo a los banqueros: “si quieren pelea la tendrán”.
Hoy en cambio ya perfectamente bien adiestrado, sólo acude para la
foto.
En efecto, Obama solo en la celda de Nelson Mandela en Sudáfrica.
La foto de Obama solo también en el autobús de Martin Luther King.
Naturalmente que los “pie” de foto no dicen que el imperio
gringo, jamás apoyó a Mandela, mientras estuvo veintisiete años
preso por el racista gobierno sudafricano.
Claro que el pie de foto nada dice del racismo del gobierno
estadounidense, aún de nuestros días, al aplicar a nuestros
paisanos leyes de esa naturaleza en varios estados.
Aún en nuestros días y siendo ciudadanos estadounidenses por haber
nacido allá, (además en territorio que nos arrebataron) son
expulsados de ese país.
Obama en Berlin, engañando a los berlineses.
En fin, Obama posando para la foto, en cualquier lugar de Estados
Unidos o del mundo, cumpliendo al pie de la letra lo que la mafia
política masónica y mediática yankee, le dicta. Solo así le
permitieron terminar su primer mandato; solo así (cumpliendo sus
fines) le permitieron su reelección. Solo aplicando los guiones
(políticas de corto y mediano plazo) como por ejemplo, expulsar a
más de doscientos mil mexicanos en su mandato (hasta otoño del
2013) ha podido “seguir gobernando el imperio”.
Ha sido entonces bien aprovechada su negritud, para que el mundo sepa
que en USA, no solo no hay racismo, sino que se le permite a una
persona de su origen, llegar a la presidencia. Obama entonces,
cumpliendo el rol que se le asigna es desde ese punto de vista un
triunfador. Ha cumplido sus sueños, aunque tergiversados por quienes
mandan.
Como digo, a mi no me engañó.
En mi libro El Complejo Militar Industrial de Estados Unidos, relato
porque no me engañó y sí lo hizo con los medios de comunicación
mundiales en especial de Europa y América. A cinco años de su
primera elección Obama ha servido bien a la mafia política yankee,
que le escribe el guión de sus actuaciones.
Así inicialmente llegó a la Universidad del Cairo a pisotear la
historia de los pueblos árabes y musulmanes. Y últimamente en
México ha pisoteado y ensuciado nuestra historia, ( y eso siendo el
mayor expulsador de mexicanos) al arribar al Museo Nacional de
Antropología e Historia, obra esplendorosa de Adolfo López Mateos y
de Jaime Torres Bodet, digna de los pueblos que han habitado
ancestralmente nuestro país, al hablar con estudiantes, a los que
ninguna revista, televisión, u otro medio identificó. No supimos
quiénes se prestaron a ser invitados para montarle un escenario a
Barack Obama, el mayor expulsador de mexicanos, en lo más
representativo de la mexicanidad: el Museo Nacional de Antropología,
obra directa del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez. El Museo
Nacional de Antropología e Historia a unos pasos de su alojamiento.
Y si Obama es presentado como un presidente moderno, intelectual,
abierto a toda ideología, (se entrevistó junto con su esposa con el
Papa Benedicto XVI en su viaje a Roma) no engaña sin embargo a nadie
en el mundo árabe, africano o asiático. En efecto, su discurso en
la Universidad del Cairo no tuvo la trascendencia en esa área del
mundo que quisieron darle los medios de comunicación
estadounidenses. Precisamente después de su discurso llegaron a esa
zona las primaveras árabes, liberalizadoras de pueblos con saldo de
miles de muertos.
Lo que he asentado en los libros El Complejo Militar Industrial, El
libro verde de las Fuerzas Armadas, y La crisis sigue, los banqueros
responsables, está actualmente cumpliéndose, lo que demuestra que
en efecto Estados Unidos no tiene amigos, tiene intereses.
Como se sabe, Estados Unidos tiene en sus servicios de información
dieciséis agencias en todo el mundo, las más visibles: la CIA, la
DEA, el FBI y la Agencia Nacional de Seguridad; con ello tienen la
capacidad para desestabilizar países prácticamente indefensos como
son la mayoría de los países latinoamericanos, muchos asiáticos y
todos los africanos. Recuérdese que George W. Bush estableció en la
parte final de su mandato en África un comando militar estratégico
del Pentágono.
Además de esas agencias citadas, todas las fuerzas armadas por
separado, es decir Ejército, Fuerza Aérea, Armada y Guardia
Nacional, tienen servicios de información propios. Como también los
tiene la Secretaría de Seguridad. Todas esas agencias trabajando en
forma conjunta, con miles de agentes desparramados por todo el mundo,
junto con la banca mundial que da los créditos, tienen la capacidad
para desestabilizar y destrozar a gobiernos que ni siquiera saben
desde donde le llegan los ataques; y ello puede ser con fuerzas
militares, como en el caso de Libia con resolucíón aprobada por el
Consejo de Seguridad, o como en Siria, sin la aprobación del Consejo
de Seguridad, porque Rusia y China se han opuesto; sin embargo, y
ante el empleo abierto como política de Estado del envío de armas a
los rebeldes sirios efectuado por lo menos por Estados Unidos,
Inglaterra y Francia, intervienen brutalmente, aún sin la aprobación
de la ONU estas tres potencias contra un pequeño país del Medio
Oriente; eso no es nuevo, en la Revolución Mexicana apoyó con armas
y pertrechos militares a todos los rebeldes al régimen militar de
Porfirio Díaz, y después de la salida del presidente Díaz a
Europa, a todos las bandas que peleaban entre sí por el poder.
Ese es el papel histórico de Estados Unidos: desestabilizar países.
¿Quién iba a pensar en 1947 al crearse la ONU que iba a llegar a
ser una institución militarista e intervencionista? Interviniendo
además en países pobres con grandes recursos estratégicos, porque
la desestabilización de un país tiene muchas consecuencias, en
primer lugar después de la desestabilización y destrucción de las
estructuras del país, viene la reorganización política y económica
del país desestabilizado, y es aquí donde Estados Unidos e
Inglaterra ponen a sus incondicionales, muchos procedentes de sus
universidades, como Pakistán y México, y luego en la reconstrucción
sus empresas participan activamente explotando los recursos
energéticos principalmente de esos países. Participan también como
contratistas del Pentágono decenas de compañías de todo tipo. De
hecho el recurso monetario en dólares, que el gobierno yankee
invierte en los países desestabilizados e intervenidos, va a servir
para pagar a las empresas que trabajan en coordinación con el
Pentágono. Así ha sido en los últimos años en Irak, en
Afganistán, en Yemen y en Libia.
Colateralmente a esto hay dos consecuencias más gravísimas para el
país intervenido, seleccionado por la mafia estadounidense para
desestabilizarlo, y esas son: la apropiación de bienes culturales,
como en Irak y en Egipto. Esta agresión a los pueblos, es callada
deliberadamente por los medios de comunicación a la opinión pública
de Estados Unidos y del mundo. Hay que decir que solo en Irak los
museos del país, de los más antiguos del mundo, con obras de arte
milenarias, fueron arrasados con el robo de más de diez mil obras de
arte de las culturas establecidas en las orillas de los ríos Tigris
y Éufrates. La ONU que tanto se ocupa por declarar a una ciudad o a
un sitio Patrimonio de la Humanidad, en este caso permanece
calladita. No se dan cuenta sus representantes del robo de miles de
obras de arte.
Las obras de arte en México, deben tener oficialmente a responsables
de su seguridad y cuidado. Eso es lo que debe hacer la Secretaría de
Educación Pública y el Instituto Nacional de Antropología e
Historia; es una tarea gigantesca, pero debe organizarse un catálogo
de responsables de museos y obras de arte en todo el territorio
nacional, en coordinación con las autoridades de los estados de la
república.
Las intervenciones militares estadounidenses y británicas tienen una
consecuencia grave para la historia y el pueblo del país invadido:
la pérdida de su historia y de su cultura mediante el robo
organizado de sus obras de arte.
Desde luego que ese robo no lo cometen las tropas invasoras, estos
les proporcionan a los elementos saqueadores, seguridad y que
participen en ello; el robo lo comenten equipos u organizaciones que
saben lo que tienen que robar, conocen las piezas más valiosas que
tienen los museos para ser robadas. Eso es un crimen contra la
cultura de los pueblos que la ONU, cómplice de los invasores, calla.
México, como país riquísimo en obras de arte de miles de años,
debe tomar en cuenta esa actividad de los invasores Yankees y
británicos, y debe tomar medidas extraordinarias para el sellamiento
en caso necesario de sus museos y el cuidado por personas debidamente
preparadas para ello; tomando en cuenta que la dupla
yankee-británica, no ha dejado de ser, a pesar del surgimiento de
China, militarista, guerrerista e intervencionista en todo el mundo.
Porque hay que considerar que las obras de arte no solo se encuentran
en museos, así construidos, promocionados y reconocidos, sino en
Iglesias, Basílicas, edificios gubernamentales, etc. Ello, la
dispersión de las obras de arte, en todos los países facilita el
saqueo a los invasores, porque los pueblos y países del mundo no
imaginan siquiera que en pleno siglo XX y XXI pueda haber países que
organizadamente llevan a cabo el saqueo de obras de arte atrás por
sus tropas invasoras.
En Egipto hubo también saqueos, junto con la primavera árabe de
piezas y obras de arte importantes. Fueron detenidos unos
estadounidenses y sus cómplices egipcios. Incluso unas piezas
llegaron a la frontera mexicana para ser pasadas a los Estados
Unidos. A los detenidos en Egipto se les inició un proceso, pero
luego vino el silencio. Cuando el silencio llega como en este caso es
que las potencias invasoras ejercen una poderosa influencia en los
gobiernos invadidos, o puestos por ellos, quienes ávidos de volver a
la normalidad a su país, obedecen y aceptan todas las instrucciones
y las consignas de los países invasores.
En el verano del 2013, la canciller alemana Angela Merkel y el
presidente ruso Vladimir Putin, interrumpieron sus discursos en un
acto cultural en Leningrado, Rusia; porque la canciller plantearía
una vez más a Rusia la devolución de miles de obras de arte robadas
por los soviéticos durante y después de la Segunda Guerra Mundial.
Alemania en esa guerra fue despojada no solo de su industria civil y
militar y de sus patentes, sino también de mucho de su patrimonio
artístico y cultural, que además fue arrasado y quemado por el
ataque indiscriminado a sus ciudades principales por órdenes de
Winston Churchill, apoyado por Franklin Delano Roosevelt y José
Stalin. Winston Churchill, con su mariscal Arthur Harris, piloto
aviador de la Fuerza Aérea Inglesa, estableció al día siguiente de
que tomó el poder, una política de bombardeo masivo contra la
población civil, a fin de terminar con la moral y espíritu de
lucha del pueblo, lo que desde luego no logró ni aún derrotada
Alemania; pero ello hizo que Alemania tuviera más de diez millones
de muertos, la mayoría civiles, tanto a consecuencia de los
bombardeos masivos, como en cientos de campos de concentración
establecidos por David Eisenhower al final de la guerra. Esto está
perfectamente documentado por historiadores que independientemente de
sus gobiernos han hecho investigaciones después de la Segunda Guerra
Mundial.
De manera que las obras de arte establecidas en museos, instituciones
gubernamentales, edificios de gobierno o civiles, universidades e
incluso en áreas particulares, deben de cuidarse para que no se los
lleven en pleno siglo XXI las tropas invasoras de Estados Unidos y
Gran Bretaña.
Hay que considerar que esas obras de arte pueden ser escondidas o
estar en sueños profundos durante cientos de años, y que la mafia
gubernamental, militar, económica y de la cultura es la misma que
controla las grandes casas vendedoras de obras de arte, mediante el
procedimiento lucrativo de “quién da más”. Esas obras de arte
pueden venderse en el siglo XXII o XXIII, cuando el ya el largo
invernadero de las mismas, haya logrado olvidar su recuerdo, incluso
en los países expoliados.
Todo queda en la mafia masónica de primera categoría de los
imperios británico y estadounidense. De esto los lamentables masones
de tercera categoría mexicanos, ni siquiera se dan cuenta. Si se
dieran cuenta reaccionarían antes que como masones, como mexicanos.
Por ello he sostenido que para los imperios británico y yankee,
promovedores de la “democracia a locas” junto con la ONU y sus
organizaciones afines, entre más tontos e ignorantes sean los
gobernantes de los países, más fácilmente serán explotados y
expoliados. La última consecuencia de una desestabilización y de
una intervención militar imperial, apoyada por la ONU, es la más
grave: significa la muerte de cientos de miles de personas inocentes,
hombres, mujeres y niños, incluso mujeres embarazadas, que la
invasión y agresión militar conlleva; lo que a su vez trae el
destroncamiento de ciudades y pueblos por la salida de civiles. “Más
de dos millones de personas fuera de su país en Irak,. Más de tres
millones de desplazados internamente en Irak”.
Cuando esos civiles regresan a sus pueblos y aldeas todo está
destruido y robado.
Eso es lo que han hecho los imperios estadounidense y británico en
lo que va del XXI. Ya no voy a repasar esas guerras que se combinaron
con “las guerras revolucionarias y libertadoras” empujadas por el
imperio soviético después de la Segunda Guerra Mundial. En realidad
los tres imperios estaban de acuerdo para mantener al mundo en
ascuas; mantener la costosísima carrera armamentística, (más de
diez mil armas nucleares solo en Estados Unidos y Rusia) y sobre
todo saquear en ese ambiente de terror mundial, las materias primas
estratégicas de los pueblos del mundo.
Claro que esto dígaselo usted a un comunista mexicano, fanático,
cumplidor de órdenes y consignas y sectario y no lo comprenderá.
Fueron engañados y continúan siéndolo por los medios de
comunicación controlados desde Estados Unidos.
En ese mundo se mueve Barack Obama, el presidente moderno, joven e
intelectual, hecho por la mafia masónica estadounidense; en ese
mundo militarista, de los servicios de información, intervencionista
y guerrerista, causantes de tragedias en pueblos pobres, y que no
respetan a países amigos, aliados y cómplices, se mueve Barack
Obama. Él mismo autoriza periódicamente desde la Casa Blanca los
ataques con drones, aviones sin piloto, que matan indiscriminadamente
a hombres, mujeres y niños.
¿Se da cuenta de esto el político actual de cualquier parte del
mundo? Lo dudo. Y ese es también el ambiente en que han actuado
otros presidentes estadounidenses, totalmente o formando parte de la
mafia masónica de ese país. Doce años de presidencia de Estados
Unidos en manos de George Bush; ¿quién no conoce quiénes son los
Bush, incluyendo al padre de George Bush, abuelo de George W, Bush?
Quien no lo sepa entonces que no se dedique a la política; no podrá
en ningún momento defender a su pueblo.
La política es la más seria actividad que un ser humano puede
desarrollar, porque en ella y con ella, puede afectar positiva o
negativamente a millones de sus compatriotas. Ninguna otra actividad
de la humanidad cumple esa función, por eso es la más importante.
Por ello, degradarla, aceptando que se dediquen a ella tontos útiles
es tan importante para la “democracia a locas” promovida por el
imperio yankee, que les asegura el éxito en sus intervenciones
militares en todo el mundo.
Y si nos vamos un poco atrás en las presidencias estadounidenses,
solo a fines del siglo XX es el mismo esquema: llegan a la misma,
“nuevas caras”, preparadas, dirigidas o telemáticamente guiadas
por la mafia masónica yankee para servirse de ellas. Quien se sale
del esquema como John Kennedy no termina su mandato, y mueren o se
accidentan no solo el presidente sino varios de sus familiares. Los
Clinton ocho años en la presidencia, cuatro años en la Secretaria
de Estado, son los mismos desde el partido demócrata que los Bush,
desde el partido republicano. Así que no hay duda de que Barak Obama
solo sirve a la mafia estadounidense.
Repito, Barack Obama no me engañó.
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